Resolución de las impresoras
La resolución de la impresora es un parámetro íntimamente ligado a la calidad de impresión. Indica la cantidad de puntos (píxeles) que la impresora puede crear sobre el papel, por unidad de superficie. Se suele medir en puntos por pulgada (ppp), tanto en dirección horizontal como vertical.
Por ejemplo, una impresora con resolución de 600 x 300 ppp es capaz de imprimir 600 puntos en cada 2,54 cm horizontales (una pulgada), y 300 puntos en cada pulgada vertical. Si sólo se indica un número, la resolución es la misma en ambas direcciones (por ejemplo, 600 ppp equivale a 600 x 600 ppp). No hay que olvidar que la resolución no es directamente traducible en calidad. Si la impresora presenta una elevada resolución, pero no sitúa los puntos con precisión sobre el papel o los puntos son demasiado gruesos, el resultado no presentará alta calidad.
El buffer de memoria
El tamaño del buffer de memoria (zona de almacenamiento temporal de datos en la impresora) es otro dato importante, ya que determina el rendimiento de las comunicaciones entre el PC y la impresora. El PC funciona a una velocidad considerablemente más rápida que la impresora. Por tanto, sin un buffer, el PC debería esperar continuamente a la impresora entre envío y envío. Gracias al buffer, el PC envía datos a la impresora, y pasa a realizar otras tareas mientras la impresora procesa dicha información.
A mayor tamaño de buffer, más rápida es la impresión. El tamaño habitual es de 256 kB, aunque las impresoras más profesionales ofrecen hasta varios MB.
El tamaño del buffer de memoria (zona de almacenamiento temporal de datos en la impresora) es otro dato importante, ya que determina el rendimiento de las comunicaciones entre el PC y la impresora. El PC funciona a una velocidad considerablemente más rápida que la impresora. Por tanto, sin un buffer, el PC debería esperar continuamente a la impresora entre envío y envío. Gracias al buffer, el PC envía datos a la impresora, y pasa a realizar otras tareas mientras la impresora procesa dicha información.
A mayor tamaño de buffer, más rápida es la impresión. El tamaño habitual es de 256 kB, aunque las impresoras más profesionales ofrecen hasta varios MB.
La interfaz de conexión
Finalmente, el último parámetro de interés es la interfaz de conexión. Hasta hace poco la más habitual era el puerto paralelo estándar del PC, utilizando el conector Centronics de 36 terminales.
También existen impresoras que funcionan a través del puerto serie RS-232, lo que minimiza el número de cables a utilizar y permite emplear cables mucho más largos. Sin embargo, la impresión serie resulta mucho más lenta, por lo que no es la interfaz de conexión más habitual. Hoy en día, la conexión vía USB es la más común por su elevada velocidad frente al puerto paralelo.
Otras conexiones habituales, normalmente compartidas con una de las anteriores, son los puertos de infrarrojos, de red o hasta un enlace Bluetooth inalámbrico.
Impresora a chorro de tinta y Bubble Jet
La tecnología de impresora a chorro de tinta fue inventada originalmente por Canon. Se basa en el principio de que un fluido caliente produce burbujas.
El investigador que descubrió esto había puesto accidentalmente en contacto una jeringa llena de tinta con un soldador eléctrico. Esto creó una burbuja en la jeringa que hizo que la tinta saliera despedida de la jeringa.
Actualmente, los cabezales de impresoras están hechos de varios inyectores (hasta 256), equivalentes a varias jeringas, calentadas a una temperatura de entre 300 y 400°C varias veces por segundo.
Cada inyector produce una pequeña burbuja que sale eyectada como una gota muy fina. El vacío causado por la disminución de la presión crea a su vez una nueva burbuja.
Generalmente, se efectúa una distinción entre las dos tecnologías diferentes:
- Las impresoras a chorro de tinta utilizan inyectores que poseen su propio elemento de calentamiento incorporado. En este caso se utiliza tecnología térmica.
- Las impresoras Bubble Jet utilizan inyectores que tienen tecnología piezoeléctrica. Cada inyector trabaja con un cristal piezoeléctrico que se deforma al ser estimulado por su frecuencia de resonancia y termina eyectando una burbuja de tinta.
¿Cómo funciona?Una impresora de inyección es, básicamente, un sistema de cabezales montados sobre un carro mecánico que desplaza el montaje sobre el papel. Un carro giratorio se encarga de ir moviendo el papel a medida que se van imprimiendo “líneas” de lado a lado. La tinta se adhiere al papel por capilaridad y por presión. Según el fabricante y el tipo de cabezal que monte tendrá más importancia la capilaridad (absorción de tinta por el papel) o la presión a que “inyecte” la tinta el cabezal. La velocidad de impresión depende de la velocidad a la que funcionen los carros, la cantidad de tinta que suministren los cabezales y los recorridos que realice el carro sobre el papel. Es decir, que a más rápida sea la impresión, para una calidad equivalente, más cara será nuestra impresora porqué gastará más tinta y desgastará más los cabezales. Normalmente se imprime durante el recorrido del carro de un lado a otro lado del papel y no se imprime durante el retorno para que éste sea más rápido. Pero hay impresoras que pueden imprimir en los dos recorridos, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Esto puede dar problemas de calibración ya que la impresora necesita retornar al principio para ajustar las “líneas”, pero este sistema es ideal para hacer impresiones rápidas tipo borrador. Actualmente casi todos los fabricantes dan la opción de imprimir con calidad con un solo recorrido o en borrador con doble recorrido.
La tinta es suministrada al cabezal por un depósito que va montado en el mismo carro. Lo ideal sería que este depósito se pudiera rellenar cada vez que agotásemos la tinta. Pero todos los fabricantes han optado por que el depósito sea desechable. He ahí el verdadero negocio de las impresoras: Los consumibles. Además, el tipo de tinta también varía de un modelo a otro, según se quiera obtener rapidez (tinta más fluida) o calidad. La fluidez de la tinta también afectará al consumo y desgaste de los cabezales. De este factor también depende el tipo de papel que soporte la impresora. Los papeles pueden ser: Más o menos absorbentes, dependiendo de la proporción de fibra vegetal (Celulosa) y yeso con que se elaboren. Más o menos gruesos dependiendo de lo que llamamos gramaje. A mayor gramaje, mayor grosor, aunque como el gramaje es una medida de peso por superficie, esto puede no cumplirse. Más o menos brillantes, en función de que la superficie del papel haya sido pulida (satinado) más o menos. Esto afecta tanto a la absorción de tinta como al acabado final de la impresión.
CalidadLos fabricantes expresan la calidad en puntos por pulgada (ppp) pero lo que no nos dicen es en qué condiciones la impresora va a dar el resultado esperado. Por ejemplo, podemos tener una calidad de impresión máxima de 1200ppp, pero siempre y cuando los cabezales sean nuevos, usemos el carísimo papel de la marca de la impresora y los cartuchos de tinta estén llenos a rebosar. Incluso la humedad del papel puede afectar a la calidad de impresión. Si echamos cuentas cada impresión de calidad nos puede salir a precio de oro. hay impresiones a 300ppp que superan en calidad a otras de 1200 dependiendo de la marca, modelo y estado de conservación de impresora. Así, nuestra impresora ideal debe de cumplir las siguientes condiciones:
Debe de poder imprimir sobre cualquier tipo de papel.
Los consumibles (cartuchos de tinta) deben de ser lo más baratos posible.
El mantenimiento, sobretodo el recambio de los cabezales, debe de ser económico.
Debe de ser rápida en impresiones de poca calidad (texto).
Los consumibles (cartuchos de tinta) deben de ser lo más baratos posible.
El mantenimiento, sobretodo el recambio de los cabezales, debe de ser económico.
Debe de ser rápida en impresiones de poca calidad (texto).
Criterios de usoPara ahorrar tinta y mantenimiento siempre que imprima texto hacedlo a calidad borrador y en blanco y negro. Hay impresoras que en estas condiciones no ofrecen un resultado aceptable. Use cartulina corriente para imprimir en mate y cartulina satinada para imprimir con algo de brillo. Si la impresora no admite papel grueso como la cartulina puede hacer pruebas con papel de 80 o 90 gramos poco adsorbente, aunque lo más probable es que la tinta se corra.
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